viernes, 13 de julio de 2012

La vez que me enamoré de nada



Voy a escarbar en mi pasado un rato para contarles esa historia que alguna vez me pareció cuento de terror. 15 años; edad en la que mi corazón se alimentó de muchos sentimientos. Lo amaba, yo le gustaba. Siempre estuvo a punto de ser algo, todo fue siempre un “casi”. Y para no hacerles el cuento largo, estuve bastante tiempo con problemas de felicidad y tristeza, ambos extremos dependían totalmente de él.
Hubo una temporada que parecía ser la más feliz de mi vida; se había tomado el tiempo de venir a verme, y así estuvimos viéndonos varias semanas, esa relación que estuve creando durante años en mi cabeza, se estaba convirtiendo en realidad… Era la mujer más feliz del mundo, aunque siempre tuve un presentimiento de que no podía ser tan perfecto.
Salí poco tiempo de México, y por poco tiempo, me refiero a 3 semanas… Cuando volví, el encanto se acabó, dejó de hablarme, no contestaba por ningún medio, y cuando lo hacía, desviaba el tema cada que le decía que lo extrañaba.
Ese mundo que parecía tan perfecto, se convirtió en el mejor escenario para una película de terror… Me empecé a llenar de preguntas como: “¿Qué tengo de malo que no le gusto?”, “¿Por qué soy así?”, “¿Debo cambiar?”, o “¿Por qué no soy como ellas?”. Preguntas dolorosas para un momento igual. (En ese tiempo la identificación de mi alma era la canción “Where Ever You Go” de Ida Maria.)
Meses después salí nuevamente del país, y me di cuenta de que el mundo es estúpidamente grande y hermoso como para estar sufriendo por una idea vacía, por ese algo tan grande que fue un nada. Escogí ver el mundo colorido y dejé atrás todas esas gamas de colores grises, y recuerdo muy bien aquellas palabras que citó una muy buena amiga: “Yo creo que todos tenemos derecho a vivir nuestro cuento de hadas, y si alguien está interfiriendo con tu historia, por más que lo quieras, debes dejarlo para poder terminarla con final feliz”.
Qué bonito que siempre sea válido levantarse. Aprendí muchas cosas, compuse muchas canciones y a final de todo, me alegra que haya sucedido. Después de todo, fui feliz. Soy feliz.
Con el cariño del universo.
—Sar.

4 comentarios:

  1. Y yo que pensaba que era la única en haber transitado el camino que describes tan bien. Un abrazo Sar, espero seguir leyéndote.

    -Patiko0

    ResponderEliminar
  2. Gracias por desahogarte, nos encanta leer tus historias... un beso
    Carol :)

    ResponderEliminar
  3. Cada uno edita su vida en base a uno mismo. Depender de otro es bastante heavy...

    Escribí algo bien corto sobre eso, por si te interesa: http://sabrocsblog.blogspot.com/2012/09/psd.html

    besote =)

    ResponderEliminar
  4. A todos nos ha ocurrido esto, es algo que te marca para toda la vida.

    ResponderEliminar